La base de la fotografía se fundamenta en el principio de la “cámara oscura”. Este dispositivo óptico consta de un compartimiento completamente oscuro con un pequeño agujero en un extremo por donde entra la luz. Esta luz proyecta sobre el fondo oscurecido imágenes invertidas de lo que sucede fuera del compartimiento.
Las cámaras fotográficas operan bajo el mismo principio, pero con mejoras técnicas. Utilizan lentes para ajustar el enfoque de la imagen proyectada, espejos para corregir la inversión de la imagen y, finalmente, una superficie fotosensible (o un sensor digital equivalente) que captura y almacena la imagen. Posteriormente, esta imagen puede ser revelada tradicionalmente o visualizada digitalmente.